lunes, 20 de julio de 2009

Seis de agosto

Seguro que el seis de agosto será un día gris, como todos los de esa semana. Seguro que mi madre se despertará temprano, mi padre comprará Comercio y Caretas, Juan le abrirá la puerta a todo aquel que entre al edificio. Los Amigos estarán de vacaciones y probablemente dormirán hasta bien entrada la mañana. Tal vez en la tarde caerá una débil llovizna que mojará las veredas y llenará de rocío el pasto de los jardines. En la noche, mis padres y mi hermano llegarán cansados por la rutina del jueves y sólo querrán acostarse. Los Amigos se alistarán para ir a Help, diciendo que esa semana sí llegarán antes de las once. Tras las primeras cervezas, será siete de agosto.
Todo esto, claro, bien puede no suceder. El seis de agosto es, para mí, sólo una conjetura.

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